8 de octubre de 2008

A LA REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SEVILLA

A LA REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES SANTA ISABEL DE HUNGRÍA DE SEVILLA.


Sra. Presidenta de la Real Academia:

Ante el próximo nombramiento como académico del torero Curro Romero por parte de la Institución que representa, la Asociación ASAT (Asociación para la protección y ayuda a todos los animales) le hacemos llegar nuestro rechazo absoluto y profundo repudio por su decisión.

Declaraciones de este tipo dejan perpleja a una gran parte de la sociedad, al ver que una Institución de reconocido prestigio como es la que Vd. preside y que expresa como uno de sus fines principales difundir las Bellas Artes en todas sus manifestaciones, se atreva a avalar ese tipo de nombramientos, que a no pocos nos parecen fuera de lugar y no sólo eso, también fuera de toda ética.

Desde hace ya tiempo existe en la sociedad actual una corriente de opinión, que es mayoritaria y contraria a considerar la tauromaquia como una manifestación artística, y menos, como expresión de cultura con la que tenga que identificarse un pueblo. Muy al contrario, ese porcentaje mayoritario consideramos la tauromaquia como otro gran episodio de maltrato animal, que se pretende enmascarar mediante herramientas como la puesta en escena de un montaje perfectamente ideado con despliegue de música, color, vestuario, caballerías, envolviendo la masacre animal en una parafernalia de medios, para-en definitiva- poder ser asumido y digerido por el público tan horrendo espectáculo de sufrimiento y agonía de caballo y toro.

Sra. Presidenta, ¿pero qué mentes retorcidas y despiadadas pueden albergar la idea de que ese espectáculo dantesco puede constituir una manifestación de las Bellas Artes?¿Van a seguir también las Academias de Bellas Artes alimentando y perpetuando en la España del siglo XXI- donde se denuncian y amparan ya todo tipo de violencia y vejaciones- este reducto de barbarie trasnochada, impropio de los tiempos que corren; esta idea que nos quieren vender con el único fin de fomentar un negocio que mueve cantidades astronómicas de dinero, del que se benefician sólo unos pocos elegidos?

¿Por qué no se aduce y se presenta como prueba de esa manifestación artística todo lo que ocurre para llegar al producto y resultado de poner a un toro en la plaza, y, especialmente, lo que ocurre en la trastienda de una plaza de toros, en la sala de despiece, y se filman los últimos y largos estertores de agonía del toro, cuando se le descuartiza y despelleja aún vivo todavía y se le cortan orejas y rabo?
¿Por qué a los espectadores no se les muestra el principio y el final de la obra?


¿Qué elevación del espíritu humano,- es decir Arte- puede haber en torturar hasta la muerte a un animal que en toda la plenitud física se le obliga a salir a la plaza y en veinte minutos muere destripado y acribillado? (hay estudios publicados por veterinarios que así lo reconocen y lo avalan) Y no sólo eso, también en la plaza son martirizados otros animales, que son los caballos, a los que se destina exclusivamente para su uso en plazas de toros porque, para poder soportar el tormento del miedo, se le inflingen heridas en su vientre, se le cortan las cuerdas vocales para que no se oigan sus relinchos, y podríamos seguir.

Una Institución como la que Vd. representa debería ser acorde con el espíritu de la sociedad democrática en la que vivimos y no ser partícipe con ese segmento de población fanática, que para enriquecerse y divertirse, teje contínuamente telas de araña , con el objetivo de tapar el espectáculo tan deplorable y horrendo de maltrato animal, que se nos quiere presentar ante nuestra vista con el calificativo de “arte” para seguir justificando lo injustificable.

Por todo lo cual, desde la Asociación ASAT pensamos que la Academia debería reconsiderar su postura, y con todos nuestros respetos, la exhortamos a abstenerse del nombramiento como académico al sr. Curro Romero, al mismo tiempo que la invitamos a considerar el de días pasados hacia el torero Enrique Ponce, en su homóloga de Córdoba, como algo meramente anecdótico.

Atentamente,

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